Bares y restaurantes
Darlalata, una pequeña guarida con sabor marino
La tapa ‘Bonito Estacional’ del bar Darlalata fue elegida por unanimidad del jurado como vencedora del XXIII Concurso de Tapas. La propietaria, Ana Isaura y el cocinero, Alejandro Viñal son los artífices de esta tapa ganadora.
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“El concurso de tapas nos ha situado en el mapa”
La Vieja Caldera, bar-restaurante capitaneado por José Luis Acín y con Jaiver Nicolao en los fogones, relata cómo han sido los meses posteriores a su victoria en el Concurso de Tapas de Zaragoza.
Hace unos meses conocíamos la historia de La Vieja Caldera, un modesto bar-restaurante de Santa Isabel que se apuntó al Concurso de Tapas de Zaragoza para mostrar de lo que eran capaces, pero sin pensar que fueran a irse a casa con el trofeo en la mano. Sin embargo, ocurrió.
Javier Nicolao, cocinero del estable-cimiento, y José Luis Acín, a las riendas del negocio, protagonizaron uno de los momentos más emotivos de la gala y, desde entonces, no han parado de trabajar. “El Concurso de Tapas de Zaragoza te abre puertas a otros concursos, como el Concurso Nacional de Valladolid en el que participaremos este año. Hemos estado también en otro concurso a nivel nacional, en Madrid Fusión. El Concurso de Tapas de Zaragoza nos ha situado en el mapa, con un puesto destacado y de referencia”, explica Nicolao.
Gracias a su participación en el certamen, la curiosidad del público por este estable-cimiento no ha dejado de crecer. A pesar de situarse en un barrio periférico de la ciudad, la gente acude a probar la tapa vencedora. “Si te digo que hemos vendido 4.000 o 5.000 tapas a lo mejor me quedo corto. Viene gente de otras zonas de la ciudad e incluso de fuera de Zaragoza por la repercusión que ha tenido la victoria en el Concurso de Tapas”, comenta ilusionado el cocinero.
La victoria les ha permitido atraer a mucha más clientela, pero el equipo de La Vieja Caldera no ha parado de innovar y de investigar con el producto para buscar “nuevas formas de sorprender” a los comensales. “Ganar el concurso supone un empujón, pero también te obliga a subir el nivel de exigencia”, recalca Javier Nicolao, quien califica la participación en el Concurso de Tapas de Zaragoza como muy positiva y la recomienda a los estable-cimientos por “la visibilidad y proyección que supone, además de una enorme satisfacción personal”.
La Vieja Caldera: de modesto restaurante en Santa Isabel a ‘Rey de las Tapas’
El bar-restaurante, con José Luis Acín al frente y Javier Nicolao en los fogones, ha dado la sorpresa ganando la XXII edición del Concurso de Tapas en su debut.
La de La Vieja Caldera es una de esas historias que emocionan. La del restaurante modesto logrando el premio gordo, la del establecimiento que ha sorprendido a todos y se ha convertido de forma inesperada en el rey de las tapas de Zaragoza, la de Javier Nicolao y José Luis Acín abrazándose entre el público en la gala del Concurso de Tapas y, sin creerse todavía lo que estaba pasando, saludar desde el escenario con el trofeo más preciado en la mano y las lágrimas en los ojos.
La Mejor Tapa de Zaragoza ha llegado este año desde el barrio de Santa Isabel, donde La Vieja Caldera se ha hecho un nombre gracias a sus menús diarios, a sus propuestas más selectas para el fin de semana y a una barra llena de tapas que harían las delicias del cliente más exigente. Es cierto que veces es difícil prosperar en la periferia, pero además de gratificante, es posible. Siempre, eso sí, que se tengan ganas de mejorar, de innovar y de sorprender al cliente. Eso es lo que han logrado Nicolao y Acín, cocinero y propietario, respectivamente, del restaurante más nombrado en la provincia aragonesa durante los últimos días.
«Ha sido un regalo de Dios. Con esto no quiero decir que hayamos tenido suerte, porque confiábamos en nuestra tapa y hemos trabajado mucho, pero sabíamos que era casi imposible ganar y todavía no nos creemos que lo hayamos logrado», asegura José Luis Acín, propietario de La Vieja Caldera, un bar-restaurante con seis años de historia.

Hace tan solo un año y medio se puso al mando de los fogones Javier Nicolao. «El gran objetivo era llegar a la final y lo habíamos conseguido, así que con eso ya estábamos satisfechos y no esperábamos lograr algo tan complicado, porque el nivel era muy alto. Cuando dijeron ‘falsa ostra’ fue algo increíble, no puedo explicarlo con palabras», reconoce Nicolao, un cocinero con experiencia y, sobre todo, muchas ganas de innovar y ofrecer tapas y platos diferentes.
El mejor ejemplo es su ‘falsa ostra’, una maravilla en miniatura hecha con borraja y jamón con patata y tierra de Teruel, una propuesta que sorprendió al jurado nacional que decidió los ganadores. «Era la mejor ejecutada y creíamos que cumplía todos los requisitos: es original, tiene productos aragoneses, el concepto es muy bueno y además está rica. Nos ha sorprendido y hasta hemos tenido dudas de cómo habría realizado algunas de las partes de la tapa. Creemos que una receta que nos ha causado tanta curiosidad y nos ha gustado tanto merece ser la ganadora», aseguraba tras hacer público el veredicto su presidente, Javi Estévez, chef de La Tasquería.
Lo cierto es que esta tapa no es fruto de la improvisación ni resultado de un golpe de suerte, sino que Nicolao lleva trabajando en esta elaboración desde hace mucho tiempo. «Se me ocurrió la idea hace un par de años, y desde entonces la he ido puliendo y modificando algunas cosas hasta lograr lo que buscaba. Sabíamos que la tapa era buena y estábamos orgullosos de ella, pero esto sí que no lo esperábamos», confiesa el cocinero, que ya está notando la repercusión de la victoria: «Entre las felicitaciones y los medios de comunicación no para de sonar el teléfono».
Bar Erzo: un pionero de las tapas en Zaragoza
El Bar Erzo celebra este año su 60 aniversario manteniendo su apuesta por las tapas, una especialidad en la que comenzaron a innovar hace tres décadas. Por aquel entonces, una barra con tal surtido era poco menos que un espectáculo.
El bar Erzo, uno de los pioneros de las tapas en Zaragoza, cumple este año seis décadas de vida con la satisfacción de haber formado parte de la vida de miles de personas, la ilusión de seguir sorprendiendo con sus propuestas y el reto de reinventarse cada día para adaptarse a los nuevos tiempos, algo que llevan haciendo desde 1956. Fue en ese año cuando el Erzo, cuyo nombre procede de las primeras sílabas del nombre y apellido de su propietario, Ernesto Zorrilla, abrió sus puertas en la calle de los Sitios, hoy en día llamada Amar y Borbón, muy cerca de su actual ubicación, en la calle de Santa Catalina. “El bar lo fundó mi padre, y ahora ya vamos por la tercera generación, representada por mi hijo Sergio. El Erzo es parte de nuestras vidas”, asegura Ernesto.
Con el cambio de ubicación, la comida tradicional y las raciones dejaron paso a las tapas, que en los años 70 convirtieron al Erzo en uno de los pioneros en esta modalidad gastronómica. “Empezamos a ofrecer un mostrador vistoso y arriesgado que en aquella época no era nada común y sorprendía a los clientes. Venían hasta otros profesionales de la hostelería a conocer nuestra propuesta”, recuerda el propietario del establecimiento.
En la actualidad, el Erzo mantiene su historia y solera y conserva el aroma especial que dejan la excelente comida y los buenos ratos pasados por su clientela. También su apuesta por una barra variada, ya que ofrece alrededor de medio centenar de tapas diferentes. “Intentamos no perder la esencia, pero sí nos modernizamos de forma constante”, explica Ernesto Zorrilla, quien descubre el secreto de su negocio, una premisa simple pero que solo los mejores logran llevar a cabo con éxito: “Nuestra filosofía es ofrecer calidad a un buen precio y un servicio agradable”.
Esta apuesta por el producto y la variedad continua, y cualquier día es posible probar decenas de tapas, fritos y montaditos -otra de sus especialidades- diferentes, así como tablas de quesos o embutidos. Entre sus recetas más conocidas están el montado de Jamón de Teruel, la tostada de pasta de roquefort con jamón o los variados de montaditos, por los que mucha gente peregrina hasta el Erzo.
[box type=»info»] Lunes: cerrado. Martes, miércoles, jueves: de 11.00 a 16.00 y de 19.00 a 23.00. Viernes y sábado: de 11.00 a 16.00 y de 19.00 a 0.30. Domingo: de 11.00 a 16.00 y de 19.00 a 23.00.[/box]